La orca (Orcinus orca) es una especie de cetáceo odontoceto
perteneciente a la familia Delphinidae (delfines oceánicos), que habita en
todos los océanos del planeta. Es la especie más grande de delfínido y la única
existente reconocida dentro del género Orcinus.
Este cetáceo posee una complexión robusta e hidrodinámica.
La especie, como característica distintiva, posee una aleta dorsal muy larga
que llega a medir hasta 1,8 m en los machos y presenta una coloración blanca y
negra que se distribuye de manera particular, la cual es propia de cada
individuo y permite distinguirlo de los demás. La orca tiene un dimorfismo
sexual marcado; las hembras son más pequeñas que los machos y tienen la aleta
dorsal más corta. Un macho adulto puede alcanzar 5,5 t de peso y hasta 9 m de
longitud, mientras que una hembra suele rondar los 7,7 m de largo y pesa menos
de 4 t.
Los individuos de la especie forman estructuras sociales
complejas y se organizan en grupos matrilineales (descendencia definida por la
línea materna); para facilitar la socialización utilizan un método de
comunicación sofisticado. Se han identificado varios tipos de orca en los
hemisferios norte y sur, los cuales tienen diferencias genéticas, morfológicas,
comportamentales y alimentarias tan notables, que incluso se han propuesto como
especies diferentes. La orca posee una combinación de fuerza, velocidad e
inteligencia que la convierte en un depredador muy versátil; de hecho, por
encontrarse en la cima de la cadena alimenticia y no poseer enemigos naturales
se convierte en un superdepredador de los océanos. Su dieta es muy variada y,
dependiendo del tipo de orca, se alimenta de peces, calamares y mamíferos
marinos.
Se distribuye por todos los océanos del mundo, desde las
aguas del Ártico y Antártico hasta los mares tropicales; sin embargo, prefiere
las aguas templadas y frías, y las zonas cercanas a las costas. Es una especie
migratoria, llegando algunos grupos a desplazarse miles de kilómetros, incluso
entre ambos hemisferios. Para 2008, según lo publicado en la Lista Roja de la
UICN, la población mundial superaba los 50 000 individuos. En el mismo año, se
catalogó como especie con datos insuficientes (del inglés Data Deficient, DD);
decisión justificada ante la posibilidad de que existan dos o más especies, lo
cual obligaría a establecer el riesgo específico para cada una de ellas. Al
carecer de depredadores naturales todas las amenazas son dependientes de la
acción del hombre. Entre estas cabe mencionar la contaminación secundaria a
plaguicidas, el ruido producido por elementos y dispositivos acústicos, el
deterioro de su hábitat, las capturas accidentales durante operaciones de pesca
y la caza.
Desde la antigüedad, en la cultura occidental se lo
consideró un animal feroz y peligroso. Esa imagen empezó a cambiar desde la
década de 1960, al observarse que los primeros animales en cautiverio se
comportaban dócilmente y no intentaban agredir a los humanos. Se han registrado
muy pocos ataques a humanos por parte de individuos en libertad, sin ninguna
muerte; sin embargo, los ejemplares en cautiverio, probablemente debido al
estrés que les causa la situación, se han cobrado algunas víctimas.
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